Los dos tanques de Netflix: del éxito adolescente al thriller polémico

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Netflix vuelve a estar en boca de todos con dos de sus estrenos más recientes, que están generando conversación por motivos muy distintos. Por un lado, un drama adolescente que se convirtió en un fenómeno de audiencia global. Por el otro, un thriller de misterio que, si bien arrancó con fuerza, terminó con un final que dejó a muchos espectadores bastante decepcionados.

El fenómeno de “Mi vida con los chicos Walter”

La plataforma la pegó fuerte con “Mi vida con los chicos Walter”, una serie que escaló rapidísimo hasta el puesto número 1 en su top diez global. La historia se centra en Jackie Howard, una chica de 15 años que sufre un giro trágico: pierde a toda su familia en un accidente. Este golpe la obliga a dejar su vida en la cosmopolita Nueva York para mudarse a un pueblito rural en Colorado. Es una trama que mezcla el duelo, la esperanza y la amistad en plena adolescencia.

En este nuevo escenario, Jackie se instala en la casa de su tutora legal, Katherine (interpretada por Sarah Rafferty), quien era la mejor amiga de su madre. El detalle es que Katherine y su esposo, George, ya tienen una familia numerosa: crían a diez hijos varones. En medio de este caos y mientras intenta sanar sus heridas, Jackie no solo debe adaptarse a la vida en Silver Falls, sino también mantener firme su sueño de entrar a la prestigiosa Universidad de Princeton.

Un triángulo amoroso y un final abierto

La serie, basada en la novela de Ali Novak de 2014, pone el foco en la complicada interacción de Jackie (Nikki Rodriguez) con dos de los hermanos Walter. Por un lado, está Cole, el pibe popular y con fama de problemático, que muestra un interés bastante particular en ella. Por el otro, aparece Alex, un chico más tímido y estudioso que se enamora de Jackie y, para sumar drama, arrastra una vieja pelea con su hermano Cole.

Después de muchos idas y vueltas, coqueteos y celos cruzados, la tensión de la temporada explota. Jackie y Cole finalmente se besan. Sin embargo, completamente abrumada por la situación y sus propios sentimientos, Jackie toma una decisión drástica: arma las valijas y se vuelve a Nueva York con su tío. El final de temporada quedó totalmente abierto, dejando a los fans ansiosos por una segunda temporada que confirme si Jackie volverá a Colorado y cómo le explicará a Alex que, en realidad, se enamoró de Cole.

El otro estreno: la decepción de “The Beast in Me”

Cambiando totalmente de género, el otro título que generó ruido fue el thriller “The Beast in Me” (La bestia en mí). La serie, protagonizada por nombres fuertes como Claire Danes y Matthew Rhys, partía de una premisa muy atrapante. Danes interpreta a Aggie, una escritora que intenta investigar a Niles Jarvis (Rhys), un hombre carismático pero sospechoso de ser un asesino. La trama prometía un duelo actoral lleno de engaños, muertes y giros psicológicos.

La serie venía enganchando bien al público, pero el cierre de la historia fue lo que generó polémica. A partir de acá, se revelan detalles claves del final. La resolución de “The Beast in Me” acorrala a Aggie, el personaje de Danes, de una forma inverosímil. Niles Jarvis consigue plantarle el cadáver del hombre que había matado al hijo de ella en un accidente, haciendo que toda la evidencia la apunte. Sin pruebas que lo conecten a él ni a la muerte de su esposa, y con un agente del FBI recién asesinado por sus manos, el escenario pintaba para un final complejo e inteligente.

Una resolución tildada de “floja”

Lejos de una genialidad narrativa, el guion optó por uno de los clichés más antiguos del género. Aggie logra convencer a Nina, la nueva esposa de Niles, de que él es un asesino. El giro increíble es que Nina consigue que Niles, en un ataque de ego, le confiese toda su lista de crímenes, incluyendo cómo mató a su primera esposa y cómo le tendió la trampa a Aggie. ¿Lo más trillado? Justo antes, la vimos enchufar su celular para grabar toda la confesión en una simple nota de voz.

Lo que empezó como un misterio atrapante, según muchos críticos, se desinfló por completo con el recurso del “malo que confiesa todo sin saber que lo graban”. Fue una salida considerada por muchos como “lame” (floja o patética). Si bien la trama se cierra con el tío de Niles traicionándolo y Aggie publicando su libro, la sensación general es que la serie desperdició su potencial con una resolución apurada y poco creativa.