“Jefe, hacelo vos”: llega una comedia de gánsteres que rompe todos los esquemas

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En el cine de mafiosos, la lucha por el poder suele ser sangrienta y despiadada. Sin embargo, la nueva película surcoreana “Boss” le da una vuelta de tuerca al género con una premisa insólita: ¿qué pasa cuando nadie quiere ser el jefe? El film, que se estrena el 3 de octubre, cuenta la historia de una particular banda de criminales que, tras la repentina muerte de su líder (interpretado por Lee Sung-min), se enfrenta a una crisis de sucesión completamente atípica.

El dilema de los sucesores: entre el deber y los sueños

La trama se centra en tres candidatos al puesto de líder. Por un lado, está Sun-tae (Cho Woo-jin), el segundo al mando, cuyo único anhelo es proteger su restaurante de comida china y llevar una vida tranquila con su familia. Por otro, Kang-pyo (Jung Kyung-ho), nieto del fundador de la organización, que sueña con dejar atrás el mundo criminal para convertirse en bailarín profesional. Y finalmente, Pan-ho (Park Ji-hwan), el único que realmente desea el poder, pero que no cuenta con la confianza ni el respeto de los miembros más veteranos de la banda.

Lejos de la clásica batalla por el trono, en “Boss” los principales candidatos se esquivan y tratan de cederle el puesto al otro. Sun-tae, un padre de familia que quiere ser un ejemplo para su hija, ya solo quiere usar los cuchillos para cocinar. Su sueño es expandir su restaurante, “Mimiru”, y convertirlo en una franquicia. Kang-pyo, por su parte, descubrió su pasión por la danza mientras estaba en prisión y ahora solo piensa en inscribirse en una academia para perseguir su vocación. Esta insólita situación da lugar a una serie de enredos y momentos de comedia hilarante, donde los personajes se empujan mutuamente al liderazgo diciendo: “Che, ¡hacelo vos el jefe!”.

La visión de los protagonistas: “Una comedia basada en la sinceridad”

Los actores Cho Woo-jin y Park Ji-hwan, quienes interpretan a Sun-tae y Pan-ho respectivamente, destacaron que “Boss” es una película diferente a las comedias de gánsteres tradicionales. “En lugar de buscar la risa fácil, nos propusimos actuar con la mayor sinceridad posible. El humor nace de lo irónico de las situaciones”, coincidieron ambos en una reciente entrevista.

Cho Woo-jin, una de las figuras más cotizadas del cine coreano actual, aceptó el papel protagónico después de haber bajado a 59 kilos para su rol como luchador por la independencia en la película “Harbin”. “La propuesta me pareció fresca y los personajes, entrañables. Sentí que este proyecto me iba a renovar”, confesó. Para su papel de chef, el actor, que admitió no saber nada de cocina, se entrenó intensamente con los reconocidos chefs Yeo Kyeong-rae y Park Eun-young. “La actuación en la cocina fue más difícil que las escenas de acción”, admitió entre risas.

Por su parte, Park Ji-hwan, famoso por sus papeles de villano carismático en la saga “The Outlaws” (“Ciudad sin ley”), compone un mafioso diferente. Su personaje, Pan-ho, aunque es el antagonista, tiene una ingenuidad y una torpeza que lo vuelven extrañamente querible. “¿Quién me va a dar un papel de bueno a mí? Ya entendí hace tiempo que no voy a poder hacer de Hamlet”, bromeó el actor. “Uno no siempre puede elegir los roles que quiere, así que intento dar lo mejor en cada proyecto y mostrar distintas facetas, como cambian las estaciones del año”.

Rompiendo los moldes del género con nostalgia y modernidad

La película subvierte las convenciones del cine de mafiosos no solo en su trama principal. La banda, llamada “Sikgupa”, ve cómo su negocio de contrabando se viene a pique por la competencia del e-commerce chino, un reflejo de los cambios de la era actual. Incluso la banda sonora, que incluye el hit de los 2000 “Spring Day of My Life” del grupo Can, evoca una nostalgia por tiempos pasados, declarando que el gánster tradicional y sus códigos de lealtad ya son cosa del pasado.

El director, Ra Hee-chan, explicó que “para que la idea de unos tipos que no quieren ser jefes resultara creíble y no muy rebuscada, era fundamental que los sueños y las personalidades de cada uno fueran muy claros y potentes”. A la comedia se suma un personaje clave: Tae-gyu (Lee Kyu-hyung), un policía encubierto que se infiltra en la banda. Sin embargo, su torpeza es tal que su identidad es descubierta una y otra vez, generando algunos de los momentos más graciosos de la película.

A pesar de su propuesta fresca e innovadora, el film no escapa a una crítica recurrente en el género: el rol secundario de los personajes femeninos. Tanto Ji-young (Hwang Woo-seul-hye) como Yeon-im (Jung Yoo-jin) existen principalmente como apoyo para los protagonistas masculinos, sin lograr desarrollar una presencia propia en una historia dominada por hombres.