El mundo del teatro local está en constante movimiento. Mientras algunas tradiciones se despiden con gratitud, nuevos espacios surgen con la energía de jóvenes creadores. Esta semana, dos historias reflejan esta vibrante transición: el emotivo cierre de ciclo de una histórica directora y el nacimiento de un nuevo colectivo universitario dedicado al teatro musical.
Un homenaje a la familia y el adiós a una directora histórica
El “Readers Theater” (Teatro Leído), una querida tradición comunitaria, regresa este domingo al Miners Foundry Cultural Center. Este evento, conocido por su atmósfera íntima y tranquila, ofrece un respiro del ruido cotidiano y nos recuerda el placer de escuchar una buena historia, como en los viejos programas de radio.
Esta función será especialmente emotiva, ya que marca la última producción dirigida por Gaylie Bell-Stewart, quien dedicó 26 años al “Readers Theater”, siete de ellos como directora. Bell-Stewart, que hace poco cumplió 74 años, quiso que su último espectáculo explorara el tema de la familia en todas sus formas.
“Creo que la familia es lo más importante que tenemos al final, sin importar qué tipo de familia tengas”, compartió Bell-Stewart. “Quería que mi última función tratara sobre algo importante para el corazón de la gente. Fue un privilegio y una alegría ser voluntaria en el Miners Foundry todos estos años, pero es hora de leer los libros que no tuve tiempo de agarrar, viajar más y dedicarme a nuevos intereses; hacerme un poco más de tiempo para mí”.
El legado del “Teatro Leído”
Siguiendo la visión original de su fundador, Tim O’Connor, el “Readers Theater” mantiene su formato único: depende de la habilidad de los actores y de la imaginación del público, sin necesidad de escenografías complejas o vestuarios.
La presentación de esta temporada incluirá historias sobre la familia de autores como Doris Lessing, David Sedaris, Robert Coover y Tobias Wolff, interpretadas por actores respetados del condado de Nevada, como Sandra Rockman, Jon Blinder y Kimberly Ewing.
“Las familias son una bolsa de sorpresas”, reflexionó Bell-Stewart. “Pueden representar lo mejor y lo peor que el mundo ofrece. Nuestras historias tocan todo: una nena y su abuela enferma, un hombre y su esposa infiel, un compromiso divertido y un chico con su padre aventurero e irresponsable”.
Los invitados disfrutarán de asientos estilo cabaret, con un servicio de bar y repostería disponible para comprar.
Se levanta el telón para el teatro musical accesible en el campus
Mientras una era de teatro comunitario se consolida en el Miners Foundry, una nueva generación está apenas comenzando a escribir su propia historia en el ámbito universitario. Una nueva organización gestionada por estudiantes está ganando presencia en el campus del Ithaca College: el Ithaca College Performing Arts Collective (ICPAC).
Este colectivo busca brindar oportunidades de teatro a todo el cuerpo estudiantil, sin importar la carrera que cursen, su año o su experiencia previa.
Una respuesta a la falta de oportunidades
El ICPAC fue fundado en la primavera de 2025 por Nicholas Kutzin, un estudiante de segundo año de doble carrera en escritura para medios y estudios teatrales. Kutzin, actual presidente y director estudiantil del colectivo, arrancó el proyecto por su pasión por las artes, tras notar la falta de oportunidades para el teatro musical liderado por estudiantes.
“Cuando llegué acá, me dijeron que había muchísimas oportunidades para hacer teatro si no estudiabas esa carrera”, contó Kutzin. “Pero rápido me di cuenta de que había chances para actuar o para la música, pero nada realmente enfocado en el teatro musical. Y me dije: ‘Bueno, quiero cambiar eso'”.
Desde su show debut en la primavera de 2025, el “Pipe Dream Cabaret”, el ICPAC se consolidó como un espacio sólido para intérpretes, directores y líderes por igual.
Un espacio para aprender y liderar
Sabina Jungkeit, estudiante de canto y vicepresidenta del colectivo, explicó que su objetivo era que el ICPAC se sintiera como una comunidad. Señaló que el grupo no solo ofrece experiencia a los intérpretes, sino también a aquellos interesados en roles de liderazgo.
“Siento que, por mi carrera, donde siempre estoy audicionando, nunca había estado del otro lado de la mesa de audición”, dijo Jungkeit. “Así que me pareció interesante ver el otro lado de cómo se arma un show”.
Este año, Kutzin y la junta directiva preparan el show de otoño, “The 25th Annual Putnam County Spelling Bee”, una comedia musical con canto, baile e improvisación. Zoe Link, estudiante de música, se sumó como directora musical de la producción. “Esta fue una buena experiencia de aprendizaje para mí, y diferente, porque yo suelo ser intérprete”, dijo Link.
Inclusión por encima de la competencia
El ICPAC arrancó el semestre de otoño consiguiendo casi 200 inscritos en su lista de correo durante la feria de organizaciones estudiantiles.
“Está abierto a todos”, insistió Kutzin. “La carrera que estudiás no importa. Eso era muy importante para mí. Me aseguré de no incluir ‘carrera’ en el formulario de audición porque no quiero que eso afecte el casting de ninguna manera, igual que la edad. Creo que los estudiantes de primero y último año merecen la misma oportunidad”.
Ben Oren, estudiante de primer año de cine, es un ejemplo de para quién es este club. “Me puse loco de contento cuando encontré esta organización. Pensé: ‘Uh, listo, chau teatro’. Siento que me saqué un peso de encima al poder encontrar a esta gente y este club”.
Kayla Fiore, estudiante de segundo año y directora de producción, coincidió: “El programa oficial de Dillingham es muy competitivo. Lo que me encanta del ICPAC es que está abierto a estudiantes de todas las carreras y todos los niveles de habilidad”.